La Leyenda Negra y nuestra herencia histórica.
OPINIÓN

La Leyenda Negra y nuestra herencia histórica.

Por: Edward Victoria

La leyenda negra sobre la colonización española en América ha sido una de las distorsiones más persistentes, alimentada principalmente por los enemigos del Imperio Español, como los ingleses, holandeses y franceses quienes, motivados por la competencia política y económica, crearon el primer “fake news” de la historia.

Esta visión, que pinta a los españoles como opresores brutales y destructores de civilizaciones, ignora los innegables aportes que España trajo al Nuevo Mundo y que aún forman parte fundamental de nuestra identificación.

A diferencia de otras potencias coloniales, como los ingleses y franceses que impusieron un régimen de exclusión y discriminación racial, los españoles construyeron una sociedad mestiza, donde las mezcolanzas culturales y étnicas dieron lugar a una nueva civilización.

El mestizaje fue permitido, y los mestizos obtuvieron derechos en las colonias, algo impensable en los asentamientos de los otros países colonizadores. La fundación de universidades, como la Universidad de Santo Domingo (1538), la de San Marcos en Perú (1551), la Universidad de México (1551), así como también las construcciónes de hospitales, catedrales, monasterios, fueron parte de este esfuerzo civilizatorio, que llevó educación, medicina y cultura a los territorios conquistados.

Además, los indígenas no fueron tratados como meros sujetos de explotación. La reina Isabel, en un gesto que contrasta con otras colonizaciones, declaró a los indígenas, en el 1501, como súbditos de la Corona, abolió su esclavitud y ordenó que fueran tratados con respeto y dignidad, con los mismos derechos que sus similares europeos.

La defensa de los derechos de los indígenas se institucionalizó, con personajes como Bartolomé de las Casas y Fray Antón de Montesinos, que con su "Sermón de Adviento" marcó un hito histórico en la defensa de los derechos humanos en América.

Lamentablemente, en nuestra Hispanoamérica, muchos han caído en la trampa de la "leyenda negra", queriendo distorsionar nuestra historia.

Nuestra historia es lo que es, no como quisiéramos que fuera. No podemos juzgar hechos del pasado con los mismos valores que tenemos en el presente, ni tampoco atribuir responsabilidades a individuos contemporáneos por conductas o errores de sus antecesores.

En este sentido, es profundamente lamentable, vergonzoso, y ridículo que la presidenta de México, Claudia Escheinbaum, no haya decidido invitar a su toma de posesión al rey de España, porque espera de él una disculpa, merecidamente ignorada, por hechos ocurridos hace mas de 500 años. Con esta acción, ella le está haciendo el juego a esa propaganda malintencionada.

La colonización española, con sus luces y sombras, nos legó una civilización rica y diversa. Es un deber como hispanoamericanos proteger ese legado y rechazar cualquier intento de distorsionarlo por meros sesgos ideológicos y políticos. Debemos reivindicar nuestra identidad hispánica, mostrándola con dignidad y el orgullo que merece, conscientes de que detrás de ella yace una rica historia de grandes aportes a la humanidad.

"Así como nos enorgullecemos y respetamos la herencia y el legado familiar que recibimos de nuestros padres y abuelos, deberíamos sentir el mismo orgullo y respeto por aquellos antepasados ​​que forjaron nuestra identidad como nación".

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