Santo Domingo. -En 34 años de experiencia apagando los incendios de Valle Nuevo, el jefe de los bomberos forestales del Ministerio de Medio Ambiente dice que nunca había visto nada igual al siniestro que hasta ayer consumía miles de hectáreas de ese parque nacional.
Gerónimo Abreu estuvo al frente de un equipo de 150 hombres que batallaron durante diez días contra las llamas. Al bajar del helicóptero en el que hizo una inspección general del área quemada, confirmó al ministro de Medio Ambiente, Miguel Ceara Hatton, que el incendio forestal había sido extinguido.
Cuando se le pidió describir lo que había vivido, respondió con una frase: “El cambio climático es una realidad”. Los fuegos en esta zona son comunes en la temporada seca, entre febrero y mediados de abril, y Abreu está acostumbrado a apagarlos.
Pero observó en este un comportamiento diferente: la combustión había sido extrema, con llamas de hasta 50 metros de altura, vientos de hasta 40 kilómetros por hora en la noche y niveles de humedad muy bajos para lo que se acostumbra en esa zona montañosa. El clima en Valle Nuevo es inusualmente seco y a los bomberos no los ayudó ni una “jarinita”, según dijeron ellos mismos. En estas montañas nacen los ríos más importantes del país.
Daños
El área afectada se estima en “varios miles de hectáreas”, pero habrá que esperar el levantamiento que hacen las autoridades para sacar el dato preciso.
El jefe de los bomberos estimó que entre un 10% y un 15% de la superficie pudiera ser severamente afectada, lo que significa que la mayoría de los árboles se mantuvo vivo y podrá reverdecer.
Una parte importante del terreno no pudo ser dañada porque sus bosques ya fueron arrasados por incendios pasados o la actividad humana.
Las trochas hechas para zanjar el avance de las llamas ocupan un área de 25 kilómetros cuadrados, pero eso no quiere decir que esos 25 kilómetros cuadrados estén afectados. Se hicieron cerca de 13 kilómetros de líneas cortafuego y trochas.
Abreu informó, muchos de ellos incluso flameando llamas, pero descartó el peligro de que se active el incendio.